Hay una vieja foto de Gardel colgada en la pared, y
un invierno gris sentado, llamándome;
Hay un barrio salitroso donde miro los gorriones que
me parecen siempre los mismos;
I cuando me olvido del gusto que tenía tu saliva
empiezo a perseguir recuerdos, rumores y tu antigua belleza, ahora
descompuesta;
Hay quizás murmullos de medias voces que se
perdieron un día no sé
donde y siempre viene aquella hora constante donde
le pido piedad a esa foto de Gardel...