Solamente en tu sobria visión punzo aquella manivela;
Porque todo viene de muy adentro, y yo siempre lento
muerto y sin píos, casi caótico.
Solamente fuimos calor, fuimos epifanía en sólidas
madrugadas.
Te hice mujer canonizada, bendita, te aguardé en esa
noche helada;
Tenía historias que repetí mil veces.
Solamente en esa pesadilla estelar, en esa sumisión
se arrastra poco a poco ese minucioso avance de
recuerdos muertos.
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