Quien sabe la tangencia un día nos haga probar la gloria
de a propósito, y al final la culpa nos ponga coraje.
Hay un mecanismo que nos pone a prueba, y nos pincha con
su lanza de obligación.
Seguir soñando no, no es obligación y a duras penas todavía
se puede.
Bueno quien sabe perseguimos la felicidad; esa felicidad aséptica
y tan limpia que casi no la vemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario