Algunos
momentos me impresionan, como esa realidad exterior
donde
existe ese límite confuso y doloroso, porque regresan tus cosas…
Hay
una última ansiedad, peligrosa, inabarcable, que empezó cuando
te
tuve entre mis brazos.
Han
llovido cosas, como palabras, ausencias, besos y aquel viejo dolor
aquel
último dolor, que a veces también me hace falta.
Hay
una última lágrima, como pureza inmaculada que todavía no lloré
La
guardo para después, cuando tu belleza termine con las primeras décadas…
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